"El gravel es como el ciclismo de carretera, pero más salvaje", Marcel Zamora

"El gravel es como el ciclismo de carretera, pero más salvaje", Marcel Zamora

Acompañamos al extriatleta a redescubrir su casa, Banyoles, a través de pistas de tierra y del gravel, disciplina que le ayuda a seguir alimentando ese espíritu aventurero que siempre lo ha acompañado.

Fotos: Guillem Casanova Texto: Olga Àbalos

Por suerte, siempre hay excepciones a las reglas. Se suele relacionar el mundo del triatlón y el Ironman con el asfalto y con una concepción del ciclismo muy limitada, sin embargo, siempre hay excepciones a esa regla no escrita. Por suerte. De hecho, es una suerte encontrarte con gente como Marcel Zamora, extriatleta profesional (con cinco Ironman de Niza, seis Embrunman, entre otras victorias), porque puedes empezar una conversación sobre carreras de trails de montaña, puedes seguir hablando de viajes por Asia y terminar con Bruce Springsteen. “Lo he visto ya sesenta veces en directo. Hasta tengo una armónica suya —comenta al hilo de los conciertos que hará en Barcelona en 2023 y para los que ya tiene las entradas compradas—. Seguramente luego también iré a la gira americana. He ido a muchos sitios para verlo. Una vez recuerdo que estaba en Indonesia y volé expresamente a Australia donde actuaba para verlo”.

Zamora, que se retiró del deporte de élite en 2018, sigue conservando el espíritu de aventura, ya sea para ir a ver a Bruce o practicar deporte, algo que siempre lo ha acompañado y que ha sabido combinar con la disciplina que conlleva la excelencia deportiva. “Al final, haber hecho deporte me ha servido para viajar, que es una de las cosas que más me apasionan. A veces, por ejemplo cuando iba con la selección española, era el único que pedía de cambiarse el billete y quedarse una semana más. En este sentido siempre he sido un atleta muy atípico. Si la última carrera del año era, por ejemplo, en Australia, quizás me quedaba dos meses allí”.

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Desde hace poco más de año, sigue alimentando ese mismo espíritu gracias al gravel. "De hecho, de los tres deportes, el ciclismo es el único que no he dejado para nada. Con la natación, como era la disciplina en la que quizá iba más flojo, pues sí que ahí sí que experimenté como un rechazo. De hecho, no me tiro ni a la piscina. En el lago de Banyoles sí que me tiro porque tiene ese punto más salvaje, cosa que también me pasa con el mar".

Las pistas que rodean el lago de Banyoles permiten iniciarse en el gravel con todas las garantías

Lo acompañamos por una ruta por la zona de Banyoles, al sur de Girona, población bañada por el lago de origen volcánico que lleva el nombre de al ciudad, donde reside desde hace doce años y donde sigue vinculado al deporte acompañando a grupos a través de su propia empresa como entrenador personal (mzexperience.com) e inscribiéndose a casi cualquier reto deportivo que le motive. “Me apunto a un bombardeo —bromea—. Si ahora me invitaran a hacer la Unbound Gravel, en los Estados Unidos, mañana mismo me compro los billetes de avión”.

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Descubrir el gravel a través del triatlón

Decíamos que, por suerte, las reglas tienen excepciones. Fue precisamente gracias a otro triatleta, Jan Frodeno —afincado desde hacer años en Girona, oro olímpico en Pekín 2008 y con tres Campeonato Mundiales de Ironman (2015, 2016 y 2019)— que Zamora descubrió que también se podía rodar a velocidad de crucero por pistas de tierra.

“Había oído hablar mucho del gravel pero, como toda la vida he hecho carretera y algo de mountain bike lo veía como algo que estaba por ahí entre medio y no me terminaba de llamar la atención, aunque sí que me me picaba la curiosidad por esa vertiente viajera y de bikepacking. Pero no era ajeno al crecimiento que estaba habiendo por aquí —asegura—. Entonces, me invitaron a hacer la triatlón de Jan Frodeno, la SGRrail100, que en la parte de ciclismo tiene tramos de tierra por la zona de Cadaqués. Le pedí la bici de gravel a mi hermano para hacerlo y fue cuando empecé a salir con gente para entrenar y a descubrir rutas como esta, con salida y llegada al lago de Banyoles.”

“Hace más de una década que vivo por aquí y había zonas por las que todavía no había pasado. El gravel, sin duda, me está permitiendo redescubrir mi entorno más cercano —comenta Zamora—. De hecho ya la he hecho varias veces y no suelo llevar ni GPS. Tengo mucha memoria fotográfica y, sobre todo, tengo mucha retención por los cruces de caminos”. En este recorrido, precisamente, hay unos cuantos, especialmente en la zona de Esponellà y Martís, con pistas de tierra que transitan entre zonas de agrícolas que se entrecruzan constantemente.

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“En mi opinión, el gravel es como hacer carretera, pero con un punto salvaje —asegura Zamora—. Además, te permite improvisar muchísimo sobre la marcha. Para mí, que ya estoy un poco de vuelta, este tipo de ciclismo tiene un toque místico. Me permite salir con gente y lo disfruto mucho, porque durante toda la vida he entrenado solo. La bici de carretera tiene un punto muy lineal. Aunque vayas haciendo puertos, siempre hay un punto monótono”.

Conservar el espíritu aventurero

Otro de los atractivos de este recorrido de poco más de 50 km es que es rápido pero variado, ya que juega con distintas superficies, como tramos de asfalto, empedrados o alguna bajada algo técnica y pedregosa, para poner a prueba brazos y capacidad de saber leer el suelo, como el descenso desde la Iglesia de Santa Maria de Jonqueres, el punto más alto del recorrido a 319 m. Cruzar por la localizad medieval de Besalú, ya en la última parte de la ruta, tiene también su aliciente, antes de volver a Banyoles y enlazar de nuevo con las pistas de tierra que lo rodean, terreno ideal para rodar suavemente. 

Seguimos hablando con Zamora sobre los valores que, para él, conlleva el deporte y el ciclismo. "Todavía necesito tener contacto con cierto espíritu deportivo —asegura—. Me gusta, pero ahora no quiero que sea una obligación. Quiero hacer retos que me motiven y que me permitan viajar, que es una de las cosas que siempre me han apasionado". ¿Es precisamente el poder viajar lo que te ha permitido tener una carrera plena como deportista profesional también a nivel mental? "Claro. Hay un momento en el que tienes que saber leer quién eres y qué es lo que quieres. Por ejemplo, en mi caso, yo me retiré en el 2018, pero en el 2004 decidí que ya no tendría entrenador personal. Quería autoentrenarme ya eso me permitía tener la libertad decidir en cada momento lo que quería hacer y no tener que dar explicaciones a nadie. Y, luego, cumplía con el plan de entrenamientos siempre."

Para esta ruta, Zamora eligió el culotte Free Unlimited de Castelli y el sillín de Selle Italia Novus Boost EVO Gravel TM Superflow, especialmente diseñado para el gravel

Y prosigue: "Se trata de encontrar tu equilibrio. Luego, las victorias conseguidas me daban la tranquilidad de que lo estaba haciendo bien. Por ejemplo, si yo terminaba la temporada en octubre, me iba después tres meses de viaje. No sé si hay muchos profesionales que hagan esto. Y, estuviera donde estuviera, si por la mañana iba a correr, pues disfrutaba del entorno corriendo y seguramente viendo cosas que andando no podría ver nunca. Así que, al final, también es el cómo prácticas el deporte. Y eso, el gravel también me lo proporciona ahora". 

Antes de abalanzarnos sobre una mesa libre en la terraza del Club Natació Banyoles, punto de encuentro de muchos de los que se acercan a la zona o quedan para salir a rodar, tomamos un camino paralelo para subir al Puig de Sant Martirià, que ejerce de mirador natural del lago. Hay que subir expresamente para gozar de las vistas, pero vale la pena, para luego disfrutar aún más del café o la cerveza. 

Cerramos el encuentro con Zamora, quizás con la pregunta que ha ido sobrevolando nuestra conversación a lo largo de la jornada: ¿cómo fue el momento de la retirada? "Pues cerré esa etapa como triatleta profesional, que se había hecho un poco pesada, con muchísima ilusión. Ahora tengo grupos con los que salgo en bici y que se alojan en mi casa. El otro día se lo decía un grupo de Chile que estuvieron conmigo. Les dije que lo que había disfrutado esa semana con ellos no lo había disfrutado entrenando para triatlón, así que he podido cerrar esa etapa con mucha ilusión. Porque debo reconocer que sí que me daba mucho miedo el hecho de tener que retirarme cuando no quieres retirarte. Cuando tienes la oportunidad de decidir cuándo y cómo retirarte, entonces lo que viene después lo disfrutas mucho más".

* Contenido realizado en colaboración Selle Italia y CDC Sport, distribuidora de Selle Italia en España. 

Fotos: Guillem Casanova Texto: Olga Àbalos

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