Tradicionalmente, la Amstel Gold Race marca el punto de inflexión entre las clásicas adoquinadas y la llegada de las constantes cotas en el territorio de las Ardenas. La carrera, que este año celebra la 57ª edición masculina y la novena femenina, se disputa en la provincia de Limburgo, en los Países Bajos. La orografía de esta región neerlandesa es la excepción que confirma la regla. Una expresión del ámbito lingüístico que bien podría aplicarse al terreno ondulado y repleto de cotas de esta zona fronteriza con Bélgica —cercana a la ciudad de Lieja— que desafía la reputación de territorio predominantemente llano de los Países Bajos. De hecho, su proximidad a los bosques y las ascensiones de las Ardenas supone un anticipo de lo que ocurrirá en las clásicas valonas.
La prueba fue creada por los promotores deportivos neerlandeses Ton Visser y Herman Krott, que dirigían una empresa llamada Inter Sport. Su sueño era crear una carrera capaz de competir con otras clásicas emblemáticas como el Tour de Flandes, la París-Roubaix y la Lieja-Bastoña-Lieja. Finalmente, esa idea comenzó a rodar en 1966 con la empresa cervecera local Amstel como patrocinador principal. Una alianza que se ha mantenido intacta desde entonces. Aunque en los primeros años tuvo dificultades para establecerse en el calendario, hoy en día es una de las carreras más prestigiosas y se considera la prueba inaugural del Tríptico de las Ardenas, a pesar de no formar parte geográfica de esta zona.
Relacionado – Amstel Gold Race, la carrera cervecera
Relacionado – Suscríbete a VOLATA, tu revista de cultura ciclista
En el palmarés histórico de la Amstel Gold Race, el neerlandés Jan Raas es el que ostenta el mayor número de victorias, consiguiendo cuatro consecutivas entre 1977 y 1980 y un quinto triunfo en 1982. Tan solo Bernard Hinault en 1981 impidió un récord que hubiera sido casi imposible de repetir. El belga Philippe Gilbert, gran dominador de las pruebas valonas al principio de la década de 2010, estuvo cerca de los números de Raas, pero en 2017 logró su cuarta y última victoria en Valkenburg. Precisamente, fue en este municipio, y con un recorrido similar, donde el propio Gilbert cosechó su victoria en el Campeonato del Mundo de ciclismo en ruta en 2012.
Philippe Gilbert celebra su cuarto triunfo ante Michal Kwiatowski en 2017 (Fotografía: BELGA)
Pocos corredores han logrado vencer en la Amstel Gold Race en más de una ocasión, entre ellos Eddy Merx (1973 y 1975), Gerrie Knetemen (1974 y 1985), Rolf Järmann (1993 y 1998), Enrico Gasparotto (2012 y 2016) y el vigente campeón Michal Kwiatowski (2015 y 2022). Esa naturaleza de ganadores solitarios se extrapola a la carrera femenina, donde en sus ocho ediciones previas ninguna ciclista ha conseguido repetir triunfo. Un palmarés en el que destacan nombres como el de Anna van der Breggen, Chantal van den Broek-Blaak, Kasia Niewiadoma, Marianne Vos y Marta Cavalli. La carrera femenina, que se disputa el mismo día que la masculina, celebró tres ediciones entre 2001 y 2003, pero los organizadores decidieron cancelarla hasta su regreso catorce años después en 2017.
Recorrido de la Amstel Gold Race masculina 2023
La edición número cincuenta y siete de la carrera masculina cuenta con un total de 33 cotas repartidas a lo largo de los casi 253 kilómetros que presenta el recorrido. La prueba arranca en la capital de la región, Maastricht, y se dirige, a través de una ruta relativamente urbana, hacia las primeras cotas de la jornada antes de adentrarse en las carreteras rurales de Limburgo, siendo Valkenburg, y la ascensión al popular Cauberg, el punto neurálgico.
Este municipio será el centro de los diferentes bucles en los que la frecuencia de las subidas aumenta de forma inversamente proporcional al número de kilómetros, pues en cada paso por la línea de meta la vuelta alrededor de Valkenburg será más corta. En general, las cotas suelen rondar entre uno o dos kilómetros de longitud, salvo alguna excepción que llega a alcanzar los tres como la de Camerig (4,2%) o Drielandenpunt (3,8%).
Se trata de un recorrido en el que los ciclistas deben lidiar con la compleja logística de las constantes rotondas, las zonas urbanas, en ocasiones peligrosas, las estrechas carreteras rurales, los giros incómodos y la sucesión de pequeñas subidas. Una tensión que se mantiene de forma persistente y que se intensifica en los últimos 50 kilómetros, donde se concentra gran parte de la dureza de la carrera. Tras 25 cotas en las piernas, aparecen subidas como el Kruisberg (0,7 km al 7,3% y máximas del 12%), el Eyserbosweg (1,1 km al 7,6% y máximas por encima del 14%) o el Keutenberg, con una longitud de 1,6 km y porcentajes que rozan el 22% en algunos tramos.
Una apretada photofinish, como en 2021, otorgó la victoria al polaco Michal Kwiatkowski en 2022, la segunda en su cuenta particular (Fotografía: Getty)
Ese itinerario será la antesala de un circuito final en el que se asciende por tercera ocasión tanto el icónico Cauberg, 800 metros con una parte central que supera el 15% y se mantiene de forma constante en el 11%, como el Geulhemmerberg (0,7 km al 6,6%). Un encadenado en el que se suelen producir numerosos ataques antes del rápido descenso que conduce a los ciclistas hacia el definitivo Bemelerberg (1 km al 4,4%).
En este caso, suele ser una ascensión decisiva más por movimientos tácticos, aprovechando la vigilancia de los rivales, que por su excesiva dureza. Aún así, los 7 kilómetros llanos sobre una carretera sinuosa acostumbra a ser una bonita persecución, por lo que la organización —con la posible presencia de gregarios— es clave. Lo más habitual es disfrutar de un esprint entre un grupo selecto de corredores, ya que tradicionalmente es complicado conseguir llegar en solitario a la meta situada en una línea recta entre Valkenburg y Berg en Terblijt.
Recorrido de la Amstel Gold Race femenina 2023
La prueba femenina cuenta este 2023 con una ruta mucho más exigente que en las ediciones previas. En total, las ciclistas recorrerán 156 kilómetros, 28 km más que en 2022, en los que deberán afrontar 21 cotas. Sin duda, un recorrido que favorece a corredoras más resistentes y con mayor capacidad escaladora, a diferencia de años posteriores en los que se presentaba un desenlace más abierto. Durante los primeros kilómetros, que coinciden con la prueba masculina, se superarán las primeras ascensiones alrededor de la región de Limburgo hasta la entrada en el circuito de Valkenburg.
Ese recorrido final llegará en los últimos 72 kilómetros, en los que las ciclistas realizarán un total de cuatro vueltas con sus respectivos ascensos al Geulhemmerberg (0,7 km al 6,6%), Bemelerberg (1 km al 4,4%) y el Cauberg (0,8 km al 8,8%). De hecho, esta durísima subida, con una parte central al 15%, mantiene la esencia decisiva que ha perdido en los últimos años en la carrera masculina. En este caso, la cota situada en Valkenburg sí que se afronta en la vuelta final, a escasos 2 kilómetros de la línea de meta. Si el pelotón femenino no llega ya fracturado a este punto, la ciclista más fuerte tendrá la oportunidad de romper el esprint, como hizo la italiana Marta Cavalli la temporada pasada.
Marta Cavalli consiguió la victoria en 2022 tras atacar en el Cauberg (Fotografía: Getty Images)
Favoritos: Tadej Pogačar (UAE Team Emirates), Thomas Pidcock (Ineos Grenadiers), David Gaudu (Groupama-FDJ), Sergio Higuita (BORA-Hansgrohe), Attila Valter (Jumbo-Visma), Benoît Cosnefroy (AG2R-Citroën), Neilson Powless (EF Education-Easy Post), Pello Bilbao (Bahrain-Victorious), Dylan Teuns (Israel-Premier Tech), Álex Aranburu (Movistar Team).
Favoritas: Demi Vollering y Lotte Kopecky (SD Worx), Annemiek van Vleuten y Liane Lippert (Movistar Team), Marta Cavalli y Cecilie Uttrup Ludwig (FDJ-Suez), Katarzyna Niewiadoma (Canyon-SRAM), Marianne Vos (Jumbo-Visma), Juliette Labous (Team DSM), Mavi García (Liv Racing TeqFind), Silvia Persico (UAE Team ADQ), Ashleigh Moolman (AG Insurance Soudal Quick Step).